
Julio 9, 2025 / Perspectivas
Innovación abierta ≠ Inteligencia colectiva
Antonio Barrera. Fundador y CEO de Singular Foods.
Antonio Barrera es diseñador estratégico y emprendedor con más de siete proyectos empresariales lanzados y 35 años de experiencia como consultor estratégico para empresas Ibex 35 y compañías internacionales.
Empezar por el principio
En los últimos años, el término innovación abierta ha sido cada vez más asociado —casi exclusivamente— con la relación que una gran corporación establece con una startup. Se ha instalado una visión reducida y funcional de lo que debería ser un proceso mucho más amplio y ambicioso.
¿Cómo llegamos a pensar que abrirse a la innovación significaba simplemente externalizarla?
Tal vez porque es más fácil empaquetar la complejidad en fórmulas reconocibles: aceleradoras, pilotos, acuerdos de colaboración. Más cómodo hablar de alianzas estratégicas que de compartir poder. Más digerible medir el número de startups que entran en el radar que asumir el reto de construir inteligencia colectiva.
Corporate venturing no es innovación abierta
Se confunde con frecuencia innovación abierta con corporate venturing.
Pero no son lo mismo.
El corporate venturing es, en esencia, una herramienta de inversión y expansión corporativa: se invierte en startups con potencial estratégico, se compran tecnologías emergentes, se intenta asegurar la competitividad futura desde la lógica de capital-riesgo.
Pero la innovación abierta no debería ser una estrategia de crecimiento inorgánico, sino una forma de abrir el sistema, de redistribuir la capacidad de imaginar y de construir soluciones compartidas.
Y, sin embargo, en sectores como el agroalimentario, esta confusión ha sido particularmente perversa.
Cuando abrir significa externalizar
Lo que podría haber sido un espacio para imaginar futuros alimentarios más justos, regenerativos y colaborativos, se ha convertido en muchos casos en una estrategia de apropiación de innovación maquillada de apertura.
Se buscan soluciones listas para escalar, tecnologías que encajen sin fricción en las lógicas corporativas, y relatos que sirvan para apuntalar la narrativa de la sostenibilidad… sin tocar realmente el modelo.
En lugar de cuestionar el sistema, la innovación abierta se ha instrumentalizado para sostenerlo.
Se confunden convocatorias con escucha, desafíos con co-diseño, y aceleración con transformación.
Pero la inteligencia colectiva no opera desde la velocidad ni desde la apropiación, sino desde el compromiso con lo común, lo situado y lo relacional.
¿Y qué pasa con el crowdsourcing?
Otra víctima de este reduccionismo es el crowdsourcing —una práctica tan potente como olvidada.
¿Dónde quedó esa visión en la que las ideas no sólo venían de los márgenes del mercado, sino también de los márgenes del conocimiento institucionalizado?
El crowdsourcing, las comunidades de práctica, los movimientos ciudadanos, los foros colaborativos, los prototipos abiertos… todo eso también es innovación abierta. Y, muchas veces, mucho más valiente, más plural y más transformadora que cualquier inversión corporativa.
Pero claro: no es tan fácil de patentar.
Ni de medir.
Ni de controlar.
Nuestro enfoque: diseño, contexto y acción
Desde Singular Foods, defendemos un modelo distinto. No creemos en fórmulas replicables, sino en sistemas vivos.
No buscamos acelerar por acelerar, sino hacer que las cosas sucedan en el lugar correcto, con las personas adecuadas y por las razones justas.
Nuestro enfoque se construye sobre cuatro pilares:
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Diseño como herramienta estratégica: no como maquillaje, sino como disciplina que permite traducir desafíos complejos en acciones concretas.
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Capacidad de armar proyectos finales: no nos quedamos en la teoría ni en el piloto. Activamos, implementamos y cerramos el círculo.
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Ecosistema distribuido y enraizado: trabajamos con socios locales en España, Italia, México, Colombia y Brasil, con una mirada global pero con pies en la tierra.
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Visión relacional, no instrumental: lo importante no es cuántas soluciones captamos, sino cuántas relaciones sostenemos y cuánta transformación generamos.
Laboratorios, no funnels
No construimos funnels de innovación.
Construimos laboratorios vivos, donde lo importante no es el volumen de startups que pasan por el sistema, sino la calidad de las relaciones, la solidez de los proyectos y su capacidad de transformar entornos reales.
Porque lo que viene no necesita más aceleración.
Necesita más sentido, más cuidado, más vínculos.
Necesita inteligencia colectiva, no innovación instrumentalizada.
Reapropiarse del concepto
Es tiempo de volver a preguntarnos:
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¿Para qué colaboramos? ¿Con quién? ¿Desde dónde?
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¿Estamos abriendo o estamos absorbiendo?
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¿Estamos co-creando o subcontratando futuro?
La innovación que viene no será abierta si no es radicalmente participativa.
No será transformadora si no es profundamente relacional.
No será suficiente si no deja de girar en torno a los mismos centros de poder, con los mismos lenguajes, bajo las mismas urgencias.
Innovación abierta es una puerta.
Inteligencia colectiva es una plaza.
Una no sustituye a la otra.
Pero si solo usamos la puerta, lo que dejamos fuera no cabe en el futuro que decimos querer construir.
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